Imagen de Cinismo Ilustrado
Diariamente cuando salimos a la calle nos colocamos sin darnos cuenta
varios escudos que nos son útiles para defendernos de los ataques del
mundo exterior, entre ellos está el escudo de la belleza, este escudo
no debería ser el de la belleza aceptada por la sociedad, si no el de
la belleza aceptada por nosotros mismos. Esa belleza que va asociada a nuestra
autoestima no a la de los vaivenes de la moda en nuestra ciudad
o país.
En esta etapa que gracias a Dios todavía vivo que es la
adolescencia, se acrecienta esas desesperadas ganas de ser aceptados por
los demás, tener amigos y que nuestra belleza sea apreciada por
los demás, y cuando no lo es, caemos en un abismo de desesperación en
el que constantemente nos preguntamos que tenemos de mal, ¿por qué tengo que
tener esto en logar de esto?, ¿por qué no soy más alto o atlético?...
Tiempo después
vamos aceptándonos tal y como somos, parece más un consuelo que
una resolución aceptada desde nuestro interior sobre nuestra belleza.
Y muchos pasan hasta la vida entera con este consuelo metido en el pecho, sin
dejar que las esporas de nuevos pensamientos de autocomprension de nuestra
belleza, que ya desde nuestro nacimiento es única, se
apoderen de nosotros para que todo nuestro ser comprenda que la
belleza no está en tener ojos azules o verdes, está en tener una mirada
picarona y sensual, no está en tener una bonita voz, está en tener habilidad
verbal para coquetearle a la vida y conseguir que todos los que queramos sean
parte de nuestra vida, no está en tener mucho dinero, está en que con lo poco
que tengamos seamos agradecidos con la vida y llenar de detalles a los que
amamos.
El secreto de un buen escudo esta en no sentirlo como un escudo, no sentirlo
como una herramienta de defensa, si no en verlo como parte de nosotros, sentir
que no es una forma de asegurar el autoconvencimiento como tal, sino que es la
manera como vemos al mundo, de cómo nos vemos en dicho mundo. Porque de esa
forma más adelante no tenemos que vivir de viejas glorias, nos veremos cada vez
más bellos, porque ya nuestra mirada que estará poblada por muchas o varias
arrugas tendrá un brillo y una forma de ver más hermosa de la
que teníamos cuando éramos jóvenes, que nuestras ganas de vivir
son más grandes que nunca y nos atrevamos a hacer cosas diferentes porque
simplemente el tiempo ya no importa, ya habremos vivido bastante. Y seguramente
con todo esto nos sintamos más hombres o mujeres que nunca porque a pesar de
nuestra edad vamos a tener el encanto para enamorar cada día más a esa viejita
o viejito canoso que tenemos al lado.
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