Siempre he escuchado que criar hijos es muy difícil porque
“no hay manual para ello”. Y no se si fue por inercia, inmadurez o por errónea cultura
de nunca rebatir las opiniones de los mayores, pero siempre había dado por
sentado que criar hijos o mejor dicho educarlos para la vida era casi una labor
ejecutada por seres caídos del Olimpo,
pero me ha resultado que reflexionando sobre el tema no me parece una tarea tan
“homerística”. Y no digo con esto que no es una difícil labor, solo opino que
la percepción que tiene la mayoría está por encima de la propia rudeza del
asunto. Y para no caer en más afirmaciones que llegarían a ser posiblemente
burdas les planteo esta incógnita: ¿Cómo vamos a escudriñar y trazar un camino
para que de la mano con nuestro hijo sepamos llegar al camino principal o
parada del camino principal en donde ya dejaremos de ser actores secundarios o
semi primarios y convertirnos en parte de su público alentador, si ni siquiera
sabemos la diferencia entre criar y educarlos para la vida? Es allí donde de
entrada estamos perdiendo la oportunidad de conducir a nuestros hijos no por el
famoso buen camino, sino por su camino, que de seguro es diferente al suyo
señora o señor que esta criando en conjunto o individualmente a su hijo.
Ese camino único para cada
individuo, es el camino de la felicidad, hay uno solo, y desdichados aquellos
que no entiendan eso, porque súbitamente veremos los síntomas de un mal que es curable si se asume con valentía que hay que darle el poder de elección al
hijo, porque no es nuestro. Síntomas como poca movilidad, apatía, agresividad, rebeldía sin
causa aparente, tristeza y conductas sociales extrañas son algunas de los que aparecerán
en la conducta como pan de cada día hasta que el síntoma más grave, la
infelicidad, se apodere de la escena. Y todo por no saber la diferencia entre
criar y educar a un hijo para la vida.
Criar un hijo es ser rígido, estático
y tiránicos con los lineamientos que debe seguir, aun cuando sea un acto inconsciente
con el propósito de protegerlos. Criar un hijo es solamente alimentarlo,
mantenerlo y proveerlo de un sinfín de cosas que carecen de sustancia a la hora
de educar para la vida.
No solo se trata de alimentar o dar techo, debemos
incentivar el debate en ciertos temas disciplinarios, debemos entender que los
tiempos han cambiado. De eso se trata educar para la vida, de hablar sin tabú
sobre temas sexuales, es fomentar la confianza para poder conversar sobre los
planes, sueños, metas y porque no, hasta intercambiar consejos como hago casi
diariamente con mi padre.
De eso se trata el manual, de
convertirse en un amigo de nuestro hijo, de abrir en vez de cortar o atar las
alas de nuestros hijos. Se que puede llegar
a ser entendible cortar las alas de nuestros hijos, porque esta sujeto
muchas veces a malas experiencias que hemos vivido, pero más beneficios
obtenemos dejando que tomen sus decisiones y no tomándolas por ellos.
Si nunca dejas que tu hijo salga a la calle y este expuesto al ambiente natural, ¿como sabrás que no tiene malos comportamientos, como sabes que basados en sus valores rechaza las drogas, el exceso de alcohol y los demás excesos?. ¿Como los sabes?.
Que otro manual se necesita que
el de estar pendiente del niño principalmente en los primeros años de edad, que
otro manual que el de más libros y menos televisión, que otro manual que el que
salga a la cale a jugar con tierra, tocaito, pelotica de goma… que otro manual
que menos computadora y más conversaciones familiares, que otro manual que
menos correazos y más conversaciónes disciplinarias, que otro manual que el
ensañar que no se debe de robar ni un lápiz, que otro manual que explicarle que
en la vida todo se obtiene con esfuerzo y dedicación, que la vida no te regala
nada, que otro manual…
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