1.Expresar gratitud:
Cuando se aprecia lo que se tiene, lo que es objeto de apreciación aumenta su valor ante nosotros. Valorar las cosas buenas que ya son evidentes en nuestras vidas, y desviar nuestra atención de lo que nos hace falta, nos ayuda a generar un sentimiento de felicidad mucho más profundo.
2. Cultivar el optimismo:
Los ganadores tienen la habilidad de generar su propio optimismo. Aún en las peores situaciones, si tu mente está entrenada para buscar las oportunidades escondidas y tus pensamientos dominantes se centran en las posibilidades;desarrollarás la habilidad que te permita convertir los fracasos en aprendizajes y la adversidad en crecimiento.
3. Evitar los pensamientos redundantes y la comparación social:
El compararse constantemente con los demás es un veneno emocional. Sí la comparación es a nuestro favor, desarrollamos un falso sentido de superioridad; si es en nuestra contra, descartamos nuestros esfuerzos y progresos porque a alguien “le está yendo mejor”. La comparación más sana es la que realizamos con nuestra propia versión, al ser mejores hoy de lo que fuimos ayer.
4. Practicar actos de generosidad:
La generosidad nos ayuda a liberar serotonina en nuestro cerebro. Ayudar a alguien desinteresadamente tiene beneficios impresionantes en nuestra salud y en nuestro estado de ánimo
5. Cultivar las relaciones sociales:
La gente más feliz del planeta es aquella que tiene relaciones profundas, significativas y se siente “conectada”. Los estudios revelan que la tasa de mortalidad se incrementa casi al doble en la gente solitaria.
6. Desarrollar estrategias para lidiar con el dolor:
El dolor y las emociones negativas son parte de la vida. El cómo respondas en los peores momentos de tu vida, es lo que moldeará tu carácter. Te puede ayudar el tener una caja de “herramientas personales” donde incluyas lo que sabes que te puede ayudar a levantarte y el tener pensadas con anticipación ciertas estrategias para re-agruparte cuando sientas que te estás “desmoronando”.
7. Aprender a perdonar:
Guardar rencores y odios es lo peor que le puedes hacer a tu bienestar. Tu mente no distingue la diferencia entra las emociones que se generan por tu presente o por tu pasado, y la negatividad tiene un efecto aislante que puede debilitar tu sistema inmune. Déjalo ir y perdona, porque tú mereces estar bien.