Este documental lo vi en un curso/conversatorio de la biblioteca pública de El Tigre. Tengo que confesar que al principio no le di la verdadera importancia que se merece el tan neurálgico tema ecológico, pero que con el pasar de los días, involuntariamente me sumergí en un superficial debate conmigo mismo, que me llevo a la conclusión de que si, estamos contaminando al planeta no solo con nuestras acciones cotidianas sino también con nuestro pensar.
Todo este debate interno, lo resumo en la siguiente frase que me ayudo a digerir el tema, “si los que leen libros y están expuestos a esa especie de radiación intelectual, que proporciona ese bonito y maravilloso mundo de los libros, no le prestan atención al tema ¿Quién lo hará entonces?, o colocándolo en un nivel inferior, si los que estamos comenzando a caminar por los senderos del mundo de la lectura (como es mi caso), no nos inspira ni una casual reflexión, ¿Quién lo hará?... con esas interrogantes me he quedado después de varios días, situación muy distinta a la del día exacto en que vi el video por primera vez.
Justamente al salir de la biblioteca a eso de las 11:30, caminando junto a mi compañero de batalla intelectual @JoseDanielArrea, entablamos un pequeño debate sobre del tema. El sentenciaba de una manera muy tajante “Daniel, ¿dime que puede hacer uno no botando tal cosa o reciclando lo otro, si mientras tu “eres ecológico” 10 de tus vecinos no lo son?, lo mejor es que uno no haga nada y ya, porque para que haya un cambio verdadero, así sea pequeño, es necesario que una persona publica y con influencia como un alcalde, gobernador, presidente, artista…de el ejemplo”. Ese día cerramos la Santa María del debate y alegremente le dimos la menor importancia.
Pero como ahora pretendo romper los candados y abrir el debate, les recomiendo a todos a que no boten los frascos de compota, úsenlo para sembrar algo, no boten los embases de mantequilla, porque cuando los queman los señores del aseo urbano, emite un humito negro que llega la atmosfera y contamina aún más, y practiquen otras iniciativas ecológicas. Háganlo, así no contribuyan mucho, al menos se quitaran de la conciencia que son unos cochinos y despiadados contribuyentes del deterioro ambiental.