Revisando entre papeles y CD’s viejos y olvidados encontré la colección de CD’s del nacional del año 20… me vinieron muchos recuerdos a la mente, entre ellos el de un día que estaba de viaje con mis padres en Caracas y ellos se paraban en casi todas las esquinas donde estaban los kiosquitos verdes, para comprar la inédita colección que causo fervor en muchos venezolanos. Recuerdos sin duda muy bellos, que solo viven en mi memoria.
Entre los CD’s encontré una par que me llamo la atención, “Sentimiento Criollo Vol. 1 y 2”, estaban mezclados entre CD’s rayados y con humedad, pero que por fortuna se han mantenido intactos, solo con algunos raspones de las batallas que afrontaron contra la suciedad y el olvido.
A pesar que no soy muy amante de nuestra música, este par en especial me dieron ganas de colocarlos en el quipo de sonido. Al empezar la lista de canciones, sentí como mi oído y mi pecho reconocían la melodía como parte de ellos, mi corazón se agrandaba del sentimiento y felicidad que me producía escuchar las canciones, y hasta de la emoción baile torpemente el joropo de nuestros antepasados…
Justo en ese momento me dieron unas ganas de escribir, y de inmediato empecé a plasmar sentimientos puros, sin buscar que quedara literalmente bonitos o semánticamente armónicos, solo quería que el sentimiento puro de las tonadas alimentaran el escrito. Lo que conseguí escribir, sentí que no era para complacer a nadie, solo era para complacerme a mí mismo, se trataba de esa extraña pasión que me invadió en ese momento y que quise tratar de describir la sensación, eso era todo.