Pensando en retrospectiva, viendo
las cosas que he dejado de hacer y que hago, y veo como se han desmoronado
ciertas cosas en mi vida, y me aíslan de las cosas que me definen; como creo
les pasa a todos al menos una vez. Las grandes cosas representan un resultado, no a nosotros, simplemente
son la fotografía mal tomada de un instante cumbre, pero si nos definen las
pequeñas cosas que hacemos diariamente y que construyen lo buen padre, hijo o
amigo que podemos ser, lo buen gerente, político o administrador que llegaremos
a ser en ese futuro que puede ser mañana o dentro de diez años.
¿Por que esforzarnos en lograr
grandes cosas, si las pequeñas no las hacemos ni la mitad de bien como podemos?
Yo personalmente casi siempre me he concentrado en mis grandes proyectos, y en
los momentos en que más los he deseado, los he pensado, se va todo por el
barranco, y justamente en esos momentos me he reído de mi desgracia, de
mi mala suerte y todo recobra el sentido, no se trata del final sino del camino y por esos momentos seguiré brindando y viviendo, y creo que esa es
una manera muy saludable de vivir nuestra vida cotidiana, respirar el
momento, y pensar que la vida es bella, y que solo es una y se va rápido.