Hay momentos en la vida donde aparentemente no hay una lógica, que pueda ser gratamente aceptada por nuestra razón que nos ayuden a despejar de nuestra mente pensamientos un poco absurdos. Para esos momentos muchas veces nuestra mente nos arroja una frase que creo ya es parte de lo primitivo del ser humano, la cual se sintetiza como: “siempre habrá alguien peor que tu”, traduciéndolo en forma más sencilla: “existe otra persona en peores condiciones económicas, familiares, médica, psicológica…que tu”, y esta frase toma aun más fuerza cuando ya somos más de siete mil millones de individuos en este pequeño planeta.
Todo esto lo digo porque recientemente pase por un camino de mi vida que creí era muy difícil que afrontara. Después de haber tomado la decisión de quedarme a vivir y estudiar en mi ciudad natal en lugar de irme a hacerlo en Caracas, todo exactamente todo lo veía muy complicado y trágico, hasta llegar al punto de aterrarme porque podría estancarme en el mismo punto de mi vida por siempre. Muchas veces me paso por la mente que es algo lógico, que cuando tienes sueños y expectativas de vidas elevadas es fácil llegar a una encrucijada de la vida en donde una decisión tan importante para tu vida te logra aterrorizar con solo imaginar que por una mala decisión que tomes podría retrasar o frustrar tus sueños para lo que te resta de vida.
Siempre andará flotando sobre tus pensamientos el ¿Qué hubiera pasado si hubiera hecho…? Pregunta que tu mente se hará miles y miles de veces hasta que decides romper con la ampolla de tu alma como diría Eli Bravo y charlas a solas con tu yo interior convenciéndolo que tu decisión la tomaste pensando en tu bienestar mental.
En mi caso fue primordialmente el amor a mi familia entre otras razones que me catapulto a tomar la decisión de quedarme.
Hasta hace semanas atrás siempre andaba pensando y planeando mi vida de una manera muy acelerada, ser exitoso a temprana edad y tener dinero…Era algo que me parecía casi imprescindible que deberían estar presentes en todos mis pensamientos y sueños como diera lugar; hasta que hace poco una frase tomo mucha fuerza en mi mente “La vida es una carrera de fondo” solo divierte sin dañar a otros, siente contento con lo que haces diariamente y una gran parte de la felicidad la tendrás ganada.
Si anduviéramos por la vida pensando meticulosamente cada una de nuestras acciones la vida se nos tornara gris y causaría que no tomáramos ninguna decisión. En mi caso pensé un poco más de lo que debía mis recientes decisiones, cada cosa que hacía o no hacia no me satisfacía y ya nada era como antes, sensación que ya no me era ajena, porque hace un tiempo experimente la misma sensación de inconformidad e insatisfacción con algo que estaba haciendo, entre otras cosas que experimente fue una profunda apatía hacia muchas cosas y eso incluía no salir mucho, cosa que me alejo un poco de mis amigos. Suena contradictorio pero en definitiva me gusto experimentar todo esto que me ha pasado, incluyendo esto de alejarme de mis amigos un poco; eso me ha ayudado a valorar cada día más lo que tengo y aun más me hizo retomar mis ganas de mejorar cada día más y ser mejor que ayer sin importar en lugar donde este.
Este artículo (Post) debió referirse a dos personajes muy especiales, que estas semanas fueron unos de los tantos factores que ayudaron a darme cuenta de las pequeñas y bonitas cosas de la vida, ellos son Maickel Melamed y Nick Vujicic, sin duda dos pesos pesados de la motivación. Ellos te hacen caer en cuenta que tus problemas son más sencillos de lo que tú mismo crees y aun mas sabiendo que gran parte de los problemas que tenemos no pasan de nuestra mente para afuera. Luego escribo este post sobre ellos, espero que les haya gustado algo nuevo y diferente a los acostumbrado como este post lo fue…
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