Se trata de un día más,
Sin grandes expectativas, y probablemente sin ninguna aventura.
Simplemente me encuentro en un momento de un día callado,
Donde la mañana empieza a debilitarse
Y el sol empieza a tostar más la piel.
Los pájaros dejan de ser cajas de sonido,
Conscientes que la función de la mañana esta agonizando.
Se van volando y seguramente no volverán hasta mañana,
Mis pensamientos están siguiendo esa danza de movimientos
Pero a diferencia de los voladores, ellos vuelven
Y me bañan con la esencia de las nubes que lentamente pasan sobre mí.
No me cabe la menor duda,
Otra vez estoy gateando por el puente entre mi ser y el mundo material.
En cada movimiento,
Siento como la violencia de los sonidos urbanos se van debilitando.
Los sonidos de los pájaros vuelven a mí como boomerangs,
Los siento más intensos,
Como que nuevamente me envuelven con sus tentáculos,
No me quieren soltar, y como un mendigo me dejo manipular.
Que hermosos animales que musicalizan
Uno de los momentos del día más hermosos para mí.
Atraen esa soledad que a veces me hace falta para escribir con el alma,
Y convertirme en lo que en realidad soy,
Un hombre que a través de la desnudes de las hojas
Se hipnotiza para escribir sin miedos y ataduras.
No tacho ni borro,
Todo fluye como una pieza ensayada mil veces,
No pienso solo siento, no amo me aman.
Todo parece indicar que cada vez me estoy adentrando más
En lo que hace año y medio encontré por casualidad.
Fue un regalo divino,
Fue sencillamente un mensaje fugas del mundo invisible
Que por escasos instantes he podido observar.
Los regalos más maravillosos son los que no se esperan,
No se mendigan y no se extrañan.
Ese fue un amor que siempre ha estado conmigo
Y que rechazaba sin darme cuenta.
-Daniel Alejandro Urquia F.-
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