La hipotética victoria chavista el 7-O seria la prueba más fiel que los venezolanos seguimos apostando por la continuidad de la revolución roja, que nació con el presente milenio, y que colosalmente ha cambiado la manera en como nos vemos a nosotros mismos y como vemos al mundo. Ya no somos títeres del banco mundial o de las distintas organizaciones internacionales que picoteaban a placer nuestra soberanía. Somos ahora un pueblo que día tras día lucha por encontrar una identidad perdida, que hace 200 años era tan genuina, y que ni las multitudinarias hordas de Boves pudieron impurificar siquiera.
Ese cambio que se evidencia en nuestro país, ha sido impulsado por un pueblo que defiende lo que le parece y que elecciones tras elecciones ha demostrado su maduración política.
Pueblo que de favorecer una vez más a la bancada roja, significaría un total respaldo y confianza para resolver los problemas que todos padecemos, y que automáticamente se convertirán en los retos heredados de la pasada gestión chavista, que requerirán del futuro gobierno de Chávez, un esfuerzo mayúsculo para solucionarlos.
En el primer lugar de retos de HC en su futuro gobierno, estaría el reforzar “El socialismo del siglo XXI” que ha sido golpeado por la ineficiencia de algunos y por el envejecimiento. De este primer reto se derivan los demás, como lo es el tema económico, que significa un monstruo que ha sido usado a favor de la campaña opositora, y que tiene a la altísima inflación como el principal epicentro de los ataques políticos.
El fortalecimiento del socialismo venezolano, que he señalado como el reto central, coloreará el horizonte para solucionar o al menos reducir las tensiones con Estados Unidos y algunos países de la región, que es un tema que ha servido para concebir una imagen del presidente Chávez, como un hombre confrontador y más internacional que nacional. Dependiendo del la efectividad de Hugo Chávez para lidiar con las tensiones políticas, se establecerá el panorama que ayudará a disminuir las tensiones con las empresas privadas de nuestro país, que después de estos 14 años se ven un poco intimidadas a la hora de arriesgarse a invertir en nuestro país. De ser efectivo en el campo político-económico se le abrirán las puertas para darle más fortaleza y mayor credibilidad a lo que hoy incipientemente se conoce como poder popular, que en definitiva es la pieza fundamental en que se regirá la maquinaria revolucionaria para esta etapa más madura del socialismo venezolano.
En definitiva tenemos la decisión en un dedo, vote por la continuidad o por el cambio, pero no sea ausente del proceso electoral más importante de nuestra historia contemporánea. ¡Gloria para esta patria de grandes hombres y mujeres!
Ese cambio que se evidencia en nuestro país, ha sido impulsado por un pueblo que defiende lo que le parece y que elecciones tras elecciones ha demostrado su maduración política.
Pueblo que de favorecer una vez más a la bancada roja, significaría un total respaldo y confianza para resolver los problemas que todos padecemos, y que automáticamente se convertirán en los retos heredados de la pasada gestión chavista, que requerirán del futuro gobierno de Chávez, un esfuerzo mayúsculo para solucionarlos.
En el primer lugar de retos de HC en su futuro gobierno, estaría el reforzar “El socialismo del siglo XXI” que ha sido golpeado por la ineficiencia de algunos y por el envejecimiento. De este primer reto se derivan los demás, como lo es el tema económico, que significa un monstruo que ha sido usado a favor de la campaña opositora, y que tiene a la altísima inflación como el principal epicentro de los ataques políticos.
El fortalecimiento del socialismo venezolano, que he señalado como el reto central, coloreará el horizonte para solucionar o al menos reducir las tensiones con Estados Unidos y algunos países de la región, que es un tema que ha servido para concebir una imagen del presidente Chávez, como un hombre confrontador y más internacional que nacional. Dependiendo del la efectividad de Hugo Chávez para lidiar con las tensiones políticas, se establecerá el panorama que ayudará a disminuir las tensiones con las empresas privadas de nuestro país, que después de estos 14 años se ven un poco intimidadas a la hora de arriesgarse a invertir en nuestro país. De ser efectivo en el campo político-económico se le abrirán las puertas para darle más fortaleza y mayor credibilidad a lo que hoy incipientemente se conoce como poder popular, que en definitiva es la pieza fundamental en que se regirá la maquinaria revolucionaria para esta etapa más madura del socialismo venezolano.
En definitiva tenemos la decisión en un dedo, vote por la continuidad o por el cambio, pero no sea ausente del proceso electoral más importante de nuestra historia contemporánea. ¡Gloria para esta patria de grandes hombres y mujeres!
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